sábado, febrero 18, 2017

Lancelot








Por la hiedra del honor y la caballerosidad, asciende Lancelot al cielo de Ginebra.

Dama de azahar, suspiros y sueños. Reina cautiva, redimida por los lazos del amor.

El yelmo  de la valentía custodia la indefensión  de la dulce amada.

Lancelot en la encrucijada más atroz: su valor vencido por el arrullo de una musa real y la obediencia al rey de reinos: Arturo.

Rescate de los sueños más certeros, de los silencios que besan las miradas. Sus miradas de cántaro y anhelos.

Alba nueva que restablece el equilibrio por la hazaña de un jinete enamorado.

Y de su corazón, laúd abatido por una cuerda prohibida, emergen fuentes de heladas lágrimas.


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sábado, febrero 11, 2017

Palabras




—Ven, vamos a lo alto de esa sierra a contemplar cómo Dios pinta los cielos—exclamó el alma

—Pero estoy algo cansada—expresé yo.

—La subida no es muy alta. Cuando menos te lo esperes, ya estaremos en la cima.

—Está bien. Subamos…

Los rosáceos de la tarde comenzaron a hablarnos. Se entremezclaban con el violeta. Volaban en ráfagas de luz los recuerdos.

—¿Dónde están aquellas palabras  que un día vistieron de sueños mis ojos? Traían esperanza pero se esfumaron como estos mismos colores que también  perecerán.¡ Sublimes las metáforas del amor y a su vez, cuántas espinas contiene!

—Eran hijas de un momento. Mariposas en el aire de un susurro. Ecos de las flores— no su esencia— para alegrar tus primaveras. No estaban destinadas a quedarse y a ser valientes, cuando el invierno de la imperfección asomase para dejarnos desnudos frente a las mutuas sombras.  

—Si es así, alma sabia, me despido de ellas. Prefiero estos silencios.

—En la aparente mudez de los mismos, también existen las palabras.

—¡Únicamente en ellas creo!

—Ahora mismo se van asomando. Pueblan la noche, luego de la fugacidad de todos los instantes vividos que no supieron vocalizar lo eterno, aquello más comprometido.

Palabras- luz que no llevan en sus manos el halago vacuo sino el sentimiento más puro.

Palabras-faro que nos acompañan en todas nuestras travesías, niña mía, sin defraudarnos.

Palabras que no van enamorando porque ellas mismas son el Amor.

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sábado, febrero 04, 2017

Música y verso




Hay una música secreta

en las siluetas rosáceas de la aurora,

en la caricia amigable del viento,

en el temblor dulce del agua.

Es sublime quietud

—otras veces, orquesta de olas—.

Abrazado a su vientre

como hijo de una armónica,

el verso existe,

se nutre,

emerge.

Y al igual que ella

en metáforas de oboes,

también ama, grita, llora.